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10 alimentos contra una dieta sana

  1. Bollería industrial: Estos productos encabezan la lista porque son muy calóricos, poco nutritivos y además favorecen la obesidad y pueden ser adictivos.
  2. Comida rápida: De la misma familia que la bollería. Poco nutritiva y saludable y con un alto aporte calórico, grasas y sodio.
  3. Alimentos procesados: Con un alto contenido en azúcar, sal y grasas saturadas. Estos alimentos están hechos con saborizantes y conservantes que en nada benefician a la salud.
  4. Zumos envasados: El zumo, siempre natural. Estos incluyen azúcares, mucha agua y sabores artificiales en lugar de las múltiples vitaminas del zumo natural.
  5. Colorantes: Poco saludables: pueden producir tos, asma, rinitis alérgica, insomnio o hiperactividad, entre otros.
  6. Refrescos: Tienen una cantidad muy elevada de azúcar y su abuso puede favorecer la aparición de diabetes.
  7. Alimentos enlatados: Cubiertos con resinas que puede llegar a ser perjudiciales para la salud.
  8. Frutas y verduras con pesticidas: Deber ser peladas y bien lavadas, especialmente si se consumen crudas.
  9. Sal común: Es uno de los grandes vicios. Sin embargo, solo contiene cloruro sódico en lugar de los elementos que posee la sal marina. De todas formas, es un producto que debemos evitar.
  10. Trigo: Los híbridos actuales son más resistentes pero parecen generar intolerancia al pan.

¿Por qué debemos hacer 5 comidas al día?

¿Por qué es importante hacer cinco comidas al día? ¿No adelgazaremos más comiendo solo tres?

Expertos y nutricionistas recomiendan encarecidamente realizar cinco comidas al día de la misma forma que llevar una dieta sana y equilibrada. Su importancia está relacionada con la frecuencia y la forma que tenemos de ingerir alimentos. Realizando más paradas para comer a lo largo del día evitaremos el hambre y las tendencias compulsivas.

Si solo desayunamos, comemos y cenamos, dejamos pasar mucho espacio de tiempo entre una y otra, de modo que nuestro cuerpo comienza a quejarse y tendemos a picar entre horas. Esto no es malo si lo hacemos de una forma sana y controlada, pues nuestro cuerpo necesita suministros de energía que quema en grandes cantidades a lo largo del día. Con cinco comidas al día, conseguimos cargar las pilas y disminuir el hambre y la ansiedad.

Es más aconsejable comer menos cantidad más a menudo que pocas veces pero grandes ingestas, de esta forma controlaremos la sensación de apetito y reduciremos la acumulación de grasas y los niveles de azúcar y colesterol. Comer en grandes cantidades y de forma compulsiva no nos saciará, pues nuestro cerebro no detecta que estamos llenos hasta pasados 15 minutos después de haber empezado a comer.

Repartir las comidas y la cantidad, pasaremos menos hambre, conseguiremos mantener una dieta equilibrada y nuestra energía y rendimiento serán mayores a lo largo de toda la jornada.